jueves

"La vida depende de la intensidad con que se viva. No de su extensión" Emil Ludwig

“Lo que no nos es posible evitar, tenemos que aceptarlo” Shakespeare


 "Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas,
y una voz cariñosa le susurró al oído:
— ¿Por qué lloras, si todo
en ese libro es de mentira?
Y él respondió:
–Lo sé.
Pero lo que yo siento es de verdad."

 Ángel González. "La verdad de la Mentira"

 "La respuesta genial siempre se nos ocurre 5 segundos después de haber dado la estúpida" Mafalda
Me hubiera gustado tener esa respuesta hace unos años cuando no podía parar de llorar viendo "La vida es Bella" y mi pequeña hija, agarró mi mano con sus manitas e intentó consolarme diciendo:  ¡Mamá! Es solo una película, no llores. Todo es de mentira.

Pero eso fue hace unos años, ahora la historia que me viene más a menudo a la cabeza, parafraseando a Arreola es: "Mi amada hija se ha convertido en fantasma; mi cabeza es el lugar de sus apariciones".



Freud ya sugirió modificar el viejo apotegma "si quieres conservar la vida, prepárate para la paz" por "Si quieres soportar la vida, prepárate para la muerte".

Se ha ido. La mitad necesaria para ser yo misma. Se fue. Mi compañera de viaje, mi confidente. Mi hija.
Pero  me ha dejado algo que no se me puede arrebatar ni con el hierro ni con el fuego… me ha dejado miles de maravillosos e impagables momentos compartidos. Muchos. Aunque siempre tendemos a querer más. Nunca es suficiente.

 Cuando pierdes a un hijo (solo los hebreos tienen una palabra que lo designe "shjol"), cambia el sentido de la vida.  Te da todo igual, que se estrelle el avión, que se hunda la casa...  Que se acabe el mundo… y duele. Duele infinito.

Como dice una de las protagonistas de la maravillosa serie Sense8 de los hermanos Andy y Lana Wachowski  (Muy bueno el artículo de Vanity Fair)
 "La muerte no te deja despedirte. Solo te hace agujeros en la vida… en el futuro… en el corazón".



  La parte buena es que el agujero es tan grande, ocupa tanto espacio, que todo lo demás te sobra, ya no es que solamente deberíamos poseer aquello que se puede poseer con despreocupación, como dice Simón Leys en el estupendo libro "La felicidad de los pececillos", es más bien como dicen los chinos:  
Deberíamos poseer solo aquello que no se puede perder en un naufragio... y ahí estamos, exactamente en ese punto. 
Todo lo demás sobra. Al final, lo único que se tiene, es el amor que se da.

(…) así cuando ella dejó de ser, la mitad de la memoria dejó de ser y si yo dejara de ser todo el recuerdo dejaría de ser. Sí, pensó. Entre la pena y la nada elijo la pena"
                                               “Las Palmeras Salvajes" de William Faulkner

 Ya lo decía Sartre, uno elige la pena y de todas formas, cuando la pena acaba contigo, ya sólo te queda la nada. El ying y el yang, el bien y el mal, la noche y el día, todo es uno y lo mismo. La pena y la nada.

Aunque, poco a poco, vas reconociendo el valor de tener a las personas queridas junto a ti… y más poco a poco vuelves a maravillarte frente a un espectacular atardecer, un buen libro, una línea bien escrita. Y un buen día te sorprendes riendo a carcajadas. Y te sorprendes compartiendo el dolor de los que sufren, hundiéndote el estómago hasta dejarte sin aliento. Porque eso es lo que tiene el duelo. Que te vuelves mucho más vulnerable ante el dolor ajeno.

La escala de tus valores ya cambia para siempre. 
Se puede decir que sólo mantienes lo esencial. 
Reír y llorar junto a los seres queridos y poder abrazarles y decirles que los quieres.
…como decía Mafalda la mejor edad de la vida es estar vivo.

Y al final lo que me salva es el arte, ya lo dijo Paul Auster, para mí escribir no es cuestión de libre albedrío, es un acto de supervivencia
Ahora más que nunca.

Y va a ser verdad, como bien lo explicó Reynaldo Arenas, que la felicidad consiste en poder elegir nuestras desgracias.


 Joan Didion en el libro «El pensamiento mágico», que escribió tras la muerte de su marido,  
si no me equivoco, antes de la muerte de su hija que ocurrió unos meses después, escribió: «La vida cambia rápidamente. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar y la vida que conoces se acaba»
Y tras la muerte de su hija Quintana explicó "Creo que mi visión de la muerte no cambió tan radicalmente con la pérdida de John como con la de Quintana; ahora son muy pocas las cosas negativas que me pueden suceder».




También Helen Macdonald ha escrito un multipremiado libro tras la muerte de su padre: H de Halcón. Con una preciosa portada, en España ha editado el libro Ático de los libros.
Con el adiestramiento de un halcón, por lo visto la más letal de las aves rapaces, consiguió canalizar el dolor de la muerte. Cinco años necesitó para escribirlo.
«Mi padre murió tan inesperadamente que yo pensaba que tenía que estar en otro lugar, y quizás, yo podía volar con un halcón y traerlo de vuelta».

Otro muy buen libro sobre el duelo es el que escribió C. S. Lewis tras la muerte de su esposa. Aunque se hizo película sobre el libro «Tierras de penumbra» , el libro está mejor; «Una pena observada».
«La muerte es lo primero que se entiende cuando se llega a la edad adulta. Lo corriente es la muerte.
Lo que no se entiende es que te tengas que quedar sin los momentos de alguien a quien amas en cada momento».



(…) por haber agotado el inventario de todo lo que es malo y haber llegado al punto en que el mal es insuperable, cualquier elemento bueno, por pequeño que sea, adquiere un desproporcionado valor, termina por hacerse decisivo y nos aferramos a él como nos agarraríamos desesperadamente de cualquier hierba ante el peligro de rodar en un abismo”.
                                                          “El Túnel” Ernesto Sábato 


En un poemilla que es más bien un mero apunte, casi una nadería, titulado «Por raro que parezca», leemos:
Me hice ilusiones.
No sé con qué, pero las hice a mi medida.
Debió de haber sido con materiales muy poco consistentes.
- See more at: http://www.revistaclarin.com/306/la-gravedad-de-angel-gonzalez/#sthash.KsVfHDMH.dpuf

En un poemilla que es más bien un mero apunte, casi una nadería, titulado «Por raro que parezca», leemos:
Me hice ilusiones.
No sé con qué, pero las hice a mi medida.
Debió de haber sido con materiales muy poco consistentes.
- See more at: http://www.revistaclarin.com/306/la-gravedad-de-angel-gonzalez/#sthash.KsVfHDMH.dpuf
Cierro con otro pequeño poema de A. González "Por raro que parezca".
 "Me hice ilusiones.
No sé con qué, pero las hice a mi medida.
Debió de haber sido con materiales muy poco consistentes"

Perdonad el punto de nostalgia. Hoy justo hace cinco meses que se fue mi niña y como decía Bécquer, es que tengo alegre la tristeza y triste el vino. 

"Mi adorada de un día, cariñosa,
—¿En qué piensas? 
—En nada… 
—En nada, ¿Y lloras? 
—Es que tengo alegre la tristeza y triste el vino".



Y me viene a la memoria una historia que desde niña me llamó la atención, la que contaba Solon, uno se los siete sabios griegos: …cuando Cidipes, saterdocista de la antigua Grecia y madre de los gemelos Cléobis y Bitón, pidió a la diosa Hera que concediese a sus hijos la mayor felicidad, el mejor regalo que un dios pudiera dar a un mortal, encontraron a los dos muchachos tumbados en el suelo en lo que parecía un profundo sueño, cuando en realidad habían fallecido. 
La muerte fue el regalo de Hera. Porque una muerte joven era el mayor regalo que podían conceder los dioses.


Cada uno elige la intensidad de su vida



  •   A lo largo de estos 24 años, la he podido perder tantas veces: 
  • Desde que aún no tenía cuatro años y ya montaba esos caballos tan enormes y daba saltos tan grandes. ¡Cuantas veces salió disparada! 
  • y esos árboles tan altos a los que subía; 
  • y esa vez en Roma que la raptó un albanés en el aeropuerto haciéndose pasar por taxista, 
  • y esa otra que se cayó escalando en Tailandia de una altura considerable y “solo” se rompió los dos pies y una muñeca; 
  • y esa otra vez en Camboya que tuvo que saltar de un vehículo en marcha de noche y escayolada… 
  • Cuando casi se envenena en Cerdeña trabajando y se rompió la mandíbula; 
  • O Cuando decidió en Saint Tropez no volver en el coche de su amiga y esta tuvo un mortal accidente con vuelta de campana…  
  • Cuando iba en bicicleta en KOln y la golpeó un coche a toda velocidad
  • Cuando escaló a un tercer piso para entrar en casa porque no tenía llaves… 
  •  y tantas otras en las que uno no es consciente del peligro…  que casi es un regalo haberla disfrutado tanto y haber dispuesto de tanto tiempo para compartir con ella desde que nació y haber tenido la oportunidad de hacer maravillosos viajes juntas.
                 Aquí su web

Aquí su facebook
(Aunque no lo parezca, me ha costado muchas lágrimas escribir esta entrada, pero… de alguna manera debía hacerla) Como dijo Oscar Wilde "Considero la vida una cosa demasiado importante para hablar nunca de ella en serio". 

Termino con un fragmento de un libro de Terry Pratchett, no recuerdo cual, pero casi todos son buenos.
(…) "Lo lamento mucho si te he traído algún recuerdo funesto.
Eskarina sonrió.
—No, los funestos nunca me dan problemas. Son los buenos los que pueden hacérseme difíciles.

(…) El hecho de que alguien haya muerto puede significar que no está vivo, pero no significa que no exista.

El fragmento es del maravilloso escritor Julian Barnes del libro que escribió tras el fallecimiento de su mujer (preciosa historia de amor la suya), ahora no recuerdo el título del libro.

domingo

"Era un escritor con una gran imaginación: Imaginaba que todos sus libros se venderían."



    Photo: Ada Mandl  "London Tube"

"Las palabras constituyen la droga más potente que haya inventado la humanidad.
                     Rudyard Kipling
«Escribir es una forma de organizar la vida. Y la necesidad de hacerlo sigue presente aunque no se tenga público» P. Highsmith.

 Cuando Philip Roth decidió dejar de escribir se dedicó a releer las 31 novelas que había publicado entre 1959 y 2010. "Quería saber si no había perdido el tiempo", explicó en 2014 a The New York Times. "Mi conclusión, después de terminar, se parece a unas palabras que pronunció uno de mis héroes, el boxeador Jose Luis. Fue campeón del mundo de los pesos pesados. Había nacido en el Viejo Sur, fue un niño negro sin educación, parco en palabras. Cuando se retiró dijo para resumir su carrera: 'Lo he hecho lo mejor que podía con lo que tenía". El combate de los grandes escritores con las palabras no se acaba nunca. Sólo el tiempo es capaz de derrotar los inagotables cambios que impone la imaginación. (Me gustan mucho sus libros, quizás mi preferido sea "El animal moribundo")
  



 "José Emilio Pacheco  no permitía que se reimprimieran sus libros porque le parecían llenos de torpezas, aunque eran de una precisión estilística admirable. Volvía locos a sus editores reteniendo las reimpresiones para leerlos y releerlos. Los ejemplares de sus libros en la biblioteca de la Universidad de Maryland, donde dio clases, están todos corregidos a lápiz por él mismo. Algunos tienen correcciones sobre las correcciones". Pero él mismo tampoco es ajeno al veneno de la reescritura como narrador: de su novela La muerte de un instalador existen cuatro ediciones.

—Pacheco en el breve poema, de sólo dos versos, "Antiguos alumnos se reúnen", tiene uno de mis versos preferidos: «Ya somos todo aquello/ contra lo que luchamos a los 20 años».)

 Los textos de arriba están "copiados del excelente artículo de Guillermo Altares en el Babelia del día 28 de febrero "La literatura sin final". Aquí completo.

He leído en Elle de marzo 2015 en la entrevista a mi admirado Banville en la que dice: "(…) a mí no me gustaría vivir conmigo. Los artistas somos gente terrible. Monstruos. Espías. Siempre almacenando información."

Me encantaría tener entre mis manos esos cuadernos que le hace en exclusiva su encuadernador y en los que escribe a mano cada "Banville" y le lleva alrededor de tres años cada libro (los que escribe con el seudónimo de Benjamin Black los escribe en meses). Supongo que tendrá que tener muy clara en su cabeza cada frase antes de pasarla a su libreta/manuscrito, o quizás no. Yo prejuzgo desde mi punto de vista ya que hago tantos borradores y escribo por tantos sitios.



Aunque la razón de esta entrada es para comunicar, a quien le interese,  que escribiendo el principio del cuarto tomo de MIXTIES, por fin he creado a un malo que está a la altura de mis expectativas (los malos se me daban fatal porque soy muy sensible y sufría mucho por mis personajes). Pero ahora el malo me ha atrapado, y tengo un malo "tan bueno" que eso me obliga a reescribir capítulos enteros del primer tomo.
El artículo de Altares me ha dado ánimos porque siento que puedo hacerlo sin fallar a los que ya han comprado el libro. Él además pone una lista de los libros "muy reescritos" :-)

Como dice Patricia Highsmith el primer objetivo de la escritura es la diversión «Tengo que pensar en mi propio entretenimiento y a mí me gustan las sorpresas: Si sé todo lo que va a pasar, escribirlo no será tan divertido: Es más importante que los personajes se muevan y tomen decisiones como personas de carne y hueso, que se les da la oportunidad de deliberar, de elegir, de volverse atrás, de tomar otras decisiones (...)»  Y si te preocupa el dinero, dice que harás bien en tener otro trabajo.

«La sentencia más importante en un libro es la primera, porque debes captar la atención del lector. Si le gusta, seguirá adelante. Si no, acabarás en la cola del paro.»  Jonathan Coe (Esquire marzo 2015)

Como dijo, el recientemente fallecido Robert Stone, en una magnífica entrevista realizada por William C. Woods en 1985 para la revista The Paris Review:
Escribir es condenadamente duro. En realidad a nadie le importa si lo haces o no. Tienes que obligarte tú mismo. Yo soy bastante perezoso y sufro como resultado. Por supuesto, cuando fluye bien, no hay nada en el mundo que se le pueda comparar. Pero también es una actividad muy solitaria. Si haces algo con lo que te sientes verdaderamente satisfecho, te encuentras en la loca posición de estar eufórico tú solo. Recuerdo haber terminado una parte de Dog Soldiers (el final del paseo de Hicks) en el sótano de una biblioteca universitaria, trabajando de noche, con el edificio cerrado a cal y canto. Salí abrumado por las lágrimas, hablando solo, y fui a darme de bruces con un guardia de seguridad. Resulta duro descender del subidón que te produce tu propio trabajo. Es uno de los motivos por los que los escritores le dan a la botella. El entusiasmo que te provoca el trabajo se convierte en la depresión del día después. Pero si intentas compensarlo con demasiado whisky, al día siguiente no estás en condiciones de seguir adelante.

viernes

"Me gusta este libro como si no fuera mío" G. Bernanos





Esta entrada es cortita (una excepción) sólo para compartir que todos los días se vende algún libro de MIXTIES, sobre todo en la versión digital. El que menos, uno y el que más siete.
Pero lo que más ilusión me hace es que ABSOLUTAMENTE TODOS  los que han comprado sólo el tomo 1, unos tres o cuatro días después compran el segundo tomo. Y ESO SÍ QUE ME PARECE IMPORTANTE. Significa que: primero; los niños lo leen rápido y segundo; piden el tomo 2 (¡¡¡qué alegría!!!!) Eso hace que me ponga con más ganas a terminar el tercer tomo (el texto está casi acabado, pero no tengo portada, ni ilustraciones, porque me he entretenido mucho por el camino con otros proyectos.
Eso sí, se confirman mis sospechas de que el nombre de Pillar Stood en inglés no suena bien, porque tengo que decir que de la versión inglesa apenas se han vendido unos pocos :-(

Lo dicho: ¡GRACIAS! (Soy bastante elocuente en momentos de euforia).

martes

"Resulta difícil no ser injusto con lo que se ama…" O. Wilde




"Kids, you tried your best and you failed miserably. The lesson is: Never Try." Homer Simpson

Hace poco leí que el escritor que originó la serie House of Card, Michael Dobbs, la creó durante unas vacaciones en las que estaba leyendo un libro y no paraba de quejarse sobre lo malo que era y su mujer le dijo: ¡Deja de protestar y hazlo mejor! …si es que eres capaz. Y cogió una botella de vino y se fue a la piscina a escribir, tres botellas de vino más y acabó, supongo que no el libro, pero sí la semilla, o el borrador de lo que poco después sería el libro.
Voy a ponerme una copa que tengo un vino excelente esperándome… Aunque puedo empujar un poco al perro y disfrutar con Oscar Wilde en "La importancia de no hacer nada" o con Bertrand Russell en "Elogio de la ociosidad", o con Paul Lafargue en "El elogio de la pereza".

Siempre hay algún momento en el que uno se pregunta: ¿Para qué? Si se necesitan muchas vidas para disfrutar de lo que ya ha sido creado ¿Para qué esforzarse? y mi respuesta es que si todos esos creadores se hubieran rendido… nuestra vida sería un poco más pobre.
Hay tanta gente buena en el mundo (no me refiero a la bondad) que menos mal que no dicen ¿Para qué? Menos mal que luchan, caen y se levantan las veces que haga falta, que el desánimo no los arrastró, y sobre todo, que se ponen en movimiento, toman decisiones y huyen de la atracción de la gravedad de un buen sofá.
Como dijo Ursula K. Le Guin, Las historias nacen por el puro deseo de existir. Se cuentan ellas mismas. Siguen su curso y encuentran su camino, sus propias palabras; y el trabajo del escritor es hacer de intermediario para mostrarlas.
Ya le he dejado el sofá al perro.

                                                  (Photo Terry Windling)

"Es falso que el trabajo dignifique. Trabajar —es la parte que más me gusta de la Biblia— es un castigo divino, una maldición que empobrece la mayoría de las vidas. Incluso las tareas más nobles, como la creación artística, se convierten en algo desagradable cuando se hacen a cambio de un salario. La verdadera humanización de nuestras sociedades está en el ocio, en la vacación, en la disposición libre de nuestro tiempo para ocuparlo en lo que deseemos, sea hacer transacciones financieras delante de un ordenador o leer un libro debajo de un árbol". Luisgé Martín




La magnífica  Susan Sontag decía que cuando no podía soportar al mundo, se ponía a leer un libro y se sentía como en una nave espacial, lejos de todo y de todos.
(El poster se puede comprar aquí)